La obra de Rita McBride establece un diálogo entre lo externo y lo interno; lo funcional y el objeto. Su producción desde finales de los años 80 está marcada por una sensibilidad hacia los patrones que se repiten en la estructura de la ciudad. Así, en su obra encontramos réplicas descontextualizadas de objetos cotidianos que, tomados de la estructura arquitectónica o de los elementos que construyen la ciudad, nos ofrecen una nueva dimensión de la misma.
Para la obra creado para The Print Subscribers Club, la artista ha creado tres imágenes que reparan en el diseño colorista de los medios de transporte. Albergados en el conjunto de su trayectoria artística, estas tres obras ponen de manifiesto el enfoque sobre lo arquitectónico y la forma, así como el estudio de los objetos que empujan nuestras vidas y conforman nuestra relación con el mundo.
McBride establece un acercamiento irónico sobre el Modernismo y sobre sus directrices principales (tanto en cuanto a la articulación con el mundo, como en cuanto a la tradición artística de las vanguardias). La artista desarrolla proyectos que se relacionan con nuestros cuerpos, pero también con nuestras expectativas sobre empleo de las imágenes que producimos.
La manera de trabajar de McBride, -capturando el detalle y extrapolándolo de su conjunto-, nos permite recavar información que, de otro modo, parece disiparse en el movimiento de la ciudad. Movimiento al que, por otra parte, hace alusión la selección de imágenes que ha elegido.