Después de unos comienzos en la pintura, el trabajo de Gonzalo Puch derivó hacia la escultura y la fotografía. Partiendo de escenas con personas y objetos, ha ido elaborando imágenes de marcado carácter performativo, donde los personajes (generalmente estudiantes) realizan acciones en lugares que recuerdan aulas, bibliotecas, laboratorios y otros espacios donde la búsqueda del conocimiento es la única finalidad.
Estas escenas creadas en el mismo espacio de la universidad utilizan para ello el mobiliario y diferentes enseres que, junto a plantas de interior, dan a las imágenes un aspecto de gabinetes de estudio contemporáneo. Su obra, presentada como una arquitectura frágil se acerca a aspectos contenidos en el teatro y la performance.
Con el tiempo, la fragilidad de estas construcciones no ha impedido que la obra de Puch se hiciera más compleja, presentando no solo las fotos sino igualmente instalaciones donde incorpora el video y diferentes elementos como el agua.
El trabajo de Gonzalo Puch, más que el empeño en un compendio enciclopédico subjetivo, es la búsqueda de un espacio poético donde se dan las cosas: vida, arte, saber.