La belleza en la escultura griega tradicional fue inspirada por la figura humana, representada de un modo nunca antes visto. Sus estatuas, idealizando y glorificando el cuerpo humano desnudo, se han convertido en algunas de las piezas de arte más reconocidas jamás creadas por cualquier civilización. Esta idea de belleza que hemos heredado de los clásicos romanos y griegos se ha reflejado, representado y distribuido a lo largo de los siglos a través de copias de escayola de estas viejas esculturas grecorromanas.
La proporción, el equilibrio y la perfección que representaban han sido objeto de estudio e inspiración. Con reproducciones en escayola de dichas estatuas se han formado durante siglos numerosos artistas en todas las escuelas de arte de occidente, siendo Mateo Maté (Madrid, 1964) uno de ellos.
Maté, había dibujo cientos de veces estas figuras durante su formación como artista en la escuela de Artes y Oficios y en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Conocía cada curva de su anatomía cuando se adentró en los talleres de la Real Academia de San Fernando donde se conservan reproducciones y moldes obtenidos de las figuras clásicas griegas y romanas. “Es, en cierto modo, donde se guarda ese código genético de la forma ideal humana heredado de la Antigüedad clásica. En sus talleres he trastocado y modificado este ideal para adaptarlo a una nueva realidad difusa y dispersa” nos cuenta Maté.
La perfección idealizada del cuerpo humano en la antigüedad, dio origen al concepto de ‘canon’, que proviene de la palabra griega κανών (regla). Aunque la noción de canon no es una competencia exclusiva de la belleza, también afecta a la normativa, por lo que hablamos de cánones religiosos, morales, canon legal…
Mateo Maté nos invita a reflexionar sobre el canon actual de belleza que hemos heredado, contraponiéndolo con el canon como sistema normativo, a través de copias o reproducciones de figuras inspiradas en la estatuaria clásica griega a las que ha sometido a una mutación. Maté utiliza la transgresión y la ironía, provocando el desconcierto en el espectador, haciéndole cuestionar la armonía y la proporción. Valiéndose de un encuentro inquietante, una simbiosis hábil del mundo antiguo y la filosofía de lo moderno, adapta los cánones milenarios a una nueva realidad social, en la que introduce la transexualidad o los rasgos no occidentales en la estatuaria clásica.