Marlon de Azambuja estudió en el Centro de Arte Contemporáneo Edilson Viriato en Curitiba, Brasil. Desde el año 2005 vive y trabaja en Madrid.
El espacio público y la arquitectura han sido aspectos centrales en la obra de De Azambuja. Recorre las ciudades que visita, “señalizando” los elementos que encuentra a su paso. Son intervenciones minimalistas que llaman nuestra atención sobre cuerpos urbanos que nos encontramos a diario y pasan desapercibidos ante nuestra mirada. De Azambuja devuelve la dignidad a esos objetos a través de su mirada respetuosa. Así mismo, la obra de Azambuja tiene una poderosa cualidad de transformar los espacios a través de una observación analítica, revelándonos aspectos de ellos que ponen en valor la memoria del lugar.
En el año 2013 fue invitado a participar en la exposición colectiva titulada: Cine Bogart: Imaginar un Edificio, un proyecto de la comisaria Ines Caballero, que tendría lugar en la sala de exposiciones madrileña Centro Centro. El Cine Bogart, un teatro legendario en el centro de Madrid, fue construido en 1907 y a lo largo de su historia tuvo distintos usos: cine, teatro, cabaret, sala de fiestas e incluso frontón femenino. En 2001, el edificio se cerró sin ningún plan de renovación o uso posterior, encontrándose en un avanzado estado de abandono. Hoy este es uno más de los cines que se han convertido en ruinas arqueológicas de la modernidad.
La repuesta de De Azambuja a ese proyecto fue la obra titulada “Luces de Bohemia” (2014). Toma su título de la pieza teatral de 1924 del dramaturgo Ramón del Valle-Inclán, que narra las últimas horas de la vida de un poeta anciano, ciego y miserable; transcurridas en una noche en un Madrid sórdido y marginal. Los paralelismos entre ambas obras los encontramos cuando De Azambuja nos habla de su primera y única visita al lugar:
“El encargo era responder a este lugar ligado a la vida cultural y social madrileña. En el proceso tuve una primera visita de aproximación para conocer el espacio. El interior estaba totalmente a oscuras, apenas había alguna luz de emergencia. Llevaba una cámara Reflex y para moverme en el espacio laberíntico, de vez en cuando levantaba el brazo tan alto como podía y disparaba una foto. Era el flash el que me guiaba entre el escombro y las ruinas. No eran fotos tomadas con una intención, lo cual las convierten hoy en imágenes raras, desencuadradas, que tienen mucho que ver con la propia extrañeza de ese lugar. Confiábamos con poder volver a visitar el espacio pero de repente los propietarios del edificio cambiaron de opinión y decidieron prohibir la exposición, cambiando hasta las cerraduras. Así nos quedábamos con las “malas imágenes” y decidimos seguir adelante, trabajando con la memoria”.
La propuesta de De Azambuja para The Print Subscribers Club surge a partir de una selección de tres de las imágenes registradas con su cámara Reflex tras aquella visita. El resultado está relacionado con una serie de obras en las que lleva tiempo trabajando. En ellas, parte del proceso consiste en aplicar una capa de spray con el que crea texturas de polvo en la obra. El polvo se presenta como metáfora del tiempo, como una capa protectora de historia que fija las sensaciones. También, en este caso, tiene que ver con la propia fotografía, con el flash, un haz de luz que te deja ver una parte pero no el todo. Se convierte en el reflejo de un tiempo suspendido, una historia oculta, soterrada, como las ruinas arqueológicas.
Marlon de aAzambuja
1978, Santo Antônio da Patrulha, RS, Brasil, Colombia
Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para optimizar tu navegación, adaptarse a tus preferencias y realizar labores analíticas. Al continuar navegando aceptas nuestra Política de Cookies .AceptarLeer más