Ángela de la Cruz (La Coruña, 1965) llegó a Londres hace 27 años. Su etapa de formación académica pasó por distintas fases. Inició estudios de Filosofía en Santiago de Compostela, aunque realmente lo que quería estudiar era Bellas Artes. No se conformó y la inquietud y la rebeldía la lle varon hasta la capital británica, donde finalmente pudo ponerse manos a la obra con su gran pasión. Estudió en el Chelsea College of Art, de allí pasó al Goldsmiths’ College y, por último, hizo un Máster en Sculpture and Critical Theory en Slade School of Arts, todos ellos en Londres.
El momento de inflexión en su carrera llegó con un acto de rebeldía. Contado con sus propias palabras: «Al romper los bastidores descubrí que tenía un lenguaje propio que he seguido desarrollando». Su trabajo examina el lenguaje de la pintura y la escultura, retando las normas establecidas y poniendo a prueba los límites entre ambos medios: «Son pinturas escultóricas y esculturas pictóricas».
Aún hoy continúa desmontando las pinturas de su estructura, dejándolas que caigan de la pared. Ha mamado de la esencia del más puro punk británico y eso se nota. Aunque es dulce, atenta y amable en el trato, su obra muestra esa radicalismo destroyer. A través de intervenciones violentas manipula y reconstruye el lienzo, su estructura y tejidos, apareciendo rotos, caídos, colapsados o hechos una bola, como es el caso de Mini-Nothing, la serie producida para The Print Subscribers Club.